El líder lefebvrista expone sus dudas sobre el preámbulo doctrinal de la Santa Sede
Bernard Fellay, líder de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X –que agrupa a los seguidores del arzobispo Marcel Lefebvre que falleció excomulgado tras ordenar cuatro obispos sin permiso del Papa– expresó sus dudas y ambigüedades sobre el proceso de diálogo que sostiene la Santa Sede con su organización.
El domingo 25 de septiembre en la localidad de Ruffec, en la zona central de Francia, tras recibir los votos de una religiosa en su organización, Fellay se refirió al Preámbulo doctrinal que el Vaticano le entregó el día 14 de este mes en el que se establece las condiciones mínimas que los lefebvristas deben aceptar para entrar a la comunión plena de la Iglesia.
Fellay dijo que “Roma (la Santa Sede) ha hecho dos propuestas a la Fraternidad San Pío X: una doctrinal y la otra canónica. Ni la una ni la otra son claras. Estos dos textos son modificables, pueden ser reescritos, manteniendo la sustancia. El problema está en saber cuál es la sustancia. Hay muchas preguntas pero no muchas respuestas”.
Asimismo aseguró que, “la Fraternidad no firmará un texto que no sea claro. No hará nada que pueda disminuir su Fe o su espíritu de Fe. Así como no hará nada si no tiene claro las buenas intenciones desde su punto de vista”.
Estas afirmaciones contrastan con el tono más conciliador de sus palabras el día 14, luego de recibir el Preámbulo doctrinal, cuando comentó que “la reunión (con el Cardenal Levada en el Vaticano) se realizó con gran cortesía y con mucha calidez, ya que por el bien de la honestidad, la Sociedad San Pío X rechaza evadir los problemas que subsisten”.
Fellay dijo en aquella ocasión que su agrupación responderá a la propuesta del Vaticano “luego de haber tomado el tiempo necesario para el estudio” y tras “consultar con aquellos que son los principales responsables de la Fraternidad San Pío X”.
Asimismo, DICI, el órgano informativo oficial de los lefebvristas, dio a conocer que los líderes de la Fraternidad “se reunirán a puerta cerrada” en la sede del Distrito de Italia, en la localidad de Albano, los días 7 y 8 de octubre de 2011 para ver este tema.
El comunicado del Vaticano del 14 de septiembre explica que el Preámbulo entregado a los lefebvristas “establece algunos principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica, necesarios para garantizar la fidelidad al Magisterio de la Iglesia y el ‘sentire cum Ecclesia’ (sentir con la Iglesia)”.
Al mismo tiempo, deja abierta “a una discusión legítima, el estudio y la explicación teológica de expresiones o formulaciones particulares presentes en los documentos del Concilio Vaticano II y del Magisterio sucesivo”.
El texto de la Oficina de Prensa también recuerda que el Santo Padre decidió levantar la excomunión que pesaba sobre los cuatro obispos ordenados por Lefebvre “a raíz de la súplica dirigida por el Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X a Su Santidad Benedicto XVI el 15 de diciembre de 2008”.
Hasta el momento, la Fraternidad Sacerdotal San Pío X carece de estatus jurídico en la Iglesia y sus ministros no ejercen un ministerio legítimo, como explica el comunicado de febrero de 2009 de la Secretaría de Estado de la Santa Sede.
Este texto también señalaba que los cuatro obispos que ordenó Lefebvre a quienes se les levantó la excomunión están obligados al “pleno reconocimiento del Concilio Vaticano II” –que hasta ahora han rechazado como se desprende de una entrevista de agosto de este año a Fellay– y del Magisterio de todos los Papas posteriores a Pío XII.
El Concilio Vaticano II es uno de los eventos más importantes en la historia de la Iglesia. Se realizó 1962 y 1965 congregando a obispos de todo el mundo. Produjo un cuerpo de doctrina que busca promover la fe católica, renovar la vida de los fieles, adaptar la liturgia y alentar la presencia de los laicos.
El documento de la Santa Sede de 2009 precisa además que “el levantamiento de la excomunión ha liberado a los cuatro obispos de una pena canónica gravísima, pero no ha cambiado la situación jurídica de la Fraternidad San Pío X, que en el momento actual, no goza de ningún reconocimiento canónico en la Iglesia Católica”.