Liga de Campeones.- El Barça hizo los deberes antes del clásico
El Barça hizo los deberes antes del clásico y se clasificó matemáticamente como primero de grupo para octavos de final de la Liga de Campeones sin desgastarse. El 0-3 ante el Panathinaikos en un partido más cómodo de lo esperado gracias al acierto de Pedro (2) y Messi incluso permitió a Guardiola cambiar a sus jugadores más renqueantes, Xavi y Piqué, en los últimos minutos. Y de paso el técnico evitó repetir el circo de Mourinho con Piqué, que vio una amarilla y se encontraba en el mismo caso que Sergio Ramos y Xabi Alonso. La última jornada ante el Rubin Kazan ya será intrascendente para un equipo que volvió a ganar a domicilio en Europa un año después.
Pese a la inmediata llegada del clásico, Pep Guardiola sólo dejó en el banquillo a uno de sus ocho campeones del mundo, Sergio Busquets, aunque seguramente no fue pensando en el Real Madrid, sino porque poco a poco Mascherano va adquiriendo un protagonismo que obligará al de Badia del Vallès a pelear para defender la titularidad. La otra novedad fue la presencia de Adriano en el lateral izquierdo debido al desgaste de Maxwell en las últimas jornadas y al hecho de que Abidal, ya con el alta médica, anda renqueante. Con la presencia de Xavi e Iniesta en la media al lado de Mascherano quedó claro que este año el técnico apuesta más por el talento que por el físico de Keita, cuya presencia hubiera conllevado alterar el tridente Pedro-Messi-Villa para que el de Fuentealbilla subiera un escalón. Lo que funciona (0-8 en Almería) mejor no tocarlo.
Si el clásico no afectó a la alineación, quizás sí lo hizo en la actitud con la que el Barça comenzó el encuentro, demasiado contemplativo ante un Panathinaikos que quería convencer a su afición y a su nuevo entrenador, el ex técnico del Málaga Jesualdo Ferreira, pese a sus escasas opciones de clasificación. Una clara ocasión de Cissé, un mano a mano en el que Valdés sacó una mano providencial, despertó al equipo azulgrana, que acabó con las imprecisiones.
Monólogo blaugrana
Adriano, en el primero de sus tres disparos a portería que desvió Tzorvas, dio el primer aviso y mostró el camino a Pedro, que en el minuto 26 logró el 0-1 con un disparo cruzado tras gran asistencia de Alves. Aunque parezca mentira en un partido de fútbol, ahí se acabó la historia, con una hora por delante. El balón siempre estuvo en poder del Barça y las ocasiones se sucedieron por inercia. Villa tuvo dos antes del descanso, bien detenidas por Tzorvas, y en la segunda parte fue objeto de un claro penalti de Kanté no señalado.
El 0-2 era cuestión de tiempo y lo consiguió en el minuto 62 Messi, que marcó por décimo partido consecutivo (nueve con el Barça y uno con Argentina), tras una combinación colectiva entre Alves, Iniesta y Adriano, que hizo el pase final. Puro Barça. Y en el minuto 69 repitió Pedro tras una generosa asistencia de Iniesta colocando un 0-3 que, ahora sí, permitió a Guardiola pensar en el clásico: dio 20 minutos de descanso a Xavi y Piqué. Por cierto, cambió al central con una amarilla, la segunda del ciclo, marcando diferencias con lo que hizo Mourinho con Ramos y Alonso el día anterior en un caso idéntico.