Las adolescentes catalanas sexualmente activas se han quintuplicado en 30 años
Las adolescentes españolas cada vez son más activas sexualmente, han disminuido la edad de inicio y tienen menos embarazos. Una investigación realizada por el CSIC entre 9.700 mujeres de toda España revela que las catalanas sexualmente activas antes de los 20 años se han quintuplicado en 30 años pasando de ser solo un 14% en los años 70 a un 78% en lo que va de siglo.
Al mismo tiempo el porcentaje de madres adolescentes ha caido en este periodo del 44,6% al 8,3%. Según la investigadora Margarita Delgado, la principal razón es que el sexo en la adolescencia ya no sea sinónimo de embarazo se debe “a un uso cada vez más extendido de la anticoncepción eficaz”. Así, un 77,5% de las catalanas lo usa en su primera relación sexual frente a solo el 9,8% hace 30 años.
Los datos muestran variaciones importantes por comunidad autónoma cuando se consideran las cohortes más antiguas, tanto respecto a la precocidad sexual como al inicio en la anticoncepción. Sin embargo, se ha producido una cierta convergencia entre comunidades en las cohortes más jóvenes: la proporción de las adolescentes sexualmente activas entre las nacidas entre 1971 y 1985 oscila entre el 60% (País Vasco) y el 81% (Canarias y Cantabria), mientras que entre las nacidas antes de 1956, la comunidad con la proporción más alta multiplicaba por cinco la más baja (7% de La Rioja frente a 36% de Canarias).
Menos madres adolescentes
El porcentaje de madres adolescentes ha disminuido en todas las comunidades autónomas a lo largo de las generaciones, a pesar de que la edad de inicio en las relaciones sexuales es cada vez más temprana. Según los resultados del estudio, esto se debe a un uso más extendido de la anticoncepción eficaz. Así, entre las nacidas antes de 1956 la proporción que había usado un método anticonceptivo eficaz en su primera relación sexual estaba entre menos del 1% enCastilla-La Mancha y alrededor del 12% en Asturias y País Vasco. Para las cohortes 1971-1985, la proporción más baja era el 56,4% de Murcia frente a algo más del 81% en Asturias y País Vasco.
“Ser madre en la adolescencia tiene un fuerte impacto en la vida de las mujeres, y uno de los hándicaps más claros se observa en el acortamiento de la trayectoria educativa de las jóvenes”, señala Delgado. Según este trabajo, las comunidades con mayor índice de estudios superiores, renta per cápita y participación femenina en el mercado laboral tienen tasas menores de fecundidad adolescente.
Los datos, además, señalan que la probabilidad de ser madre adolescente depende, en primer término, del uso de anticoncepción eficaz ya desde la primera relación sexual. Otra opción que no sea esa, multiplica varias veces el riesgo de un embarazo adolescente. “Pero siendo así con carácter general, los análisis evidencian que el hecho de pertenecer al área más desarrollada del país desde el punto de vista económico reduce ese riesgo hasta en un 40% respecto a la zona más desfavorecida. Y en el caso de la educación lo reduce en un 37%”, añade Delgado.
Mercado laboral
“La maternidad precoz influye también en la entrada al mercado laboral. En términos generales, la investigación muestra que las madres precoces trabajan a cualquier edad en menor medida que el resto de sus coetáneas. Pero tales diferencias entre ellas son más acusadas en las áreas más desfavorecidas”, puntualiza la investigadora del CSIC
Los indicadores de dinamismo económico, nivel educativo e índice de desarrollo humano utilizados en la investigación han dibujado diferentes perfiles agrupando comunidades autónomas. Puntuando la valoración y estableciendo una media ponderada, las tres comunidades que obtienen mayor puntuación son Navarra, Madrid y País Vasco.
Las tres del extremo opuesto son Andalucía, Extremadura y Murcia, donde el porcentaje de madres adolescentes que al cumplir los 30 años ya han tenido un primer trabajo está en torno al 43%, frente a algo más del 68% de las mujeres que han sido madres pasada la adolescencia, una diferencia de casi 25 puntos. Por el contrario, la diferencia entre ambos grupos de mujeres en Madrid, Navarra y País Vasco es de apenas 1,8 puntos porcentuales (85,4% frente a 87,2%), explica Delgado.