El holandés Johann Hubert considera que esta época es similar a la que existía antes de la catastrófe bíblica y para salvarse construye un ‘Arca de Noé’. “Los tiempos de Noé eran malos, los hombres se mataban por nada. Ahora vivimos en una época similar: hay conflictos militares en todo el mundo y la vida humana no vale nada”, dice Hubert al respecto.

El constructor holandés hizo su obra conforme al Antiguo Testamento. Su coloso de madera es de 300 “codos” de longitud (unos 13 y medio metros), cincuenta de ancho (2,2 metros) y treinta de altura (1,3 metros). A bordo hay reservas de agua potable y alimentos, incluidas frutas y las verduras suficientes para una larga travesía.

Sin embargo, los cocodrilos, elefantes, canguros e hipopótamos son por ahora de plástico, pues Johann Hubert no puede adquirir animales reales pues son demasiado caros. Pero está dispuesto a salvar a sus mascotas.

La primera persona en apoyar su iniciativa fue su hija Debra, pero se han unido también otros parientes. La familia lleva ya tres años cortando, puliendo y clavando para hacer el ‘Arca de Noé’ ideal.

La embarcación ya cumplió con su primera prueba de navegación al atravesar 30 kilómetros de Dordrecht a Rotterdam, por lo que recibió el certificado para realizar viajes transatlánticos.

Aunque este no es el objetivo de Johann. Asegura que la hora de un diluvio universal está llegando y hay que redoblar esfuerzos. El arca debe estar lista para cuando llegue el agua.

La probabilidad de sobrevivir a una ola como la que azotó Japón es de un 90%, asegura su constructor. “Disponiendo de reservas de comida, se podrá navegar en ella de 3 a 4 años”, confía Johann.

Los que viven cerca de esta área tiene la esperanza de poder sobrevivir cuando empiece el nuevo diluvio. Sin embargo, antes de que esto ocurra el Arca es prácticamente todo un museo.