Elmunicipiotoledo/Remitido.- Si tú, votante en las elecciones del 20N, quieres votar con responsabilidad y coherencia, tienes un problema, tenemos todos un problema.

¿A quién votar? ¿Votar principios o intereses más o menos coyunturales? ¿Votar al menos malo, al mal menor? o votar en blanco, o nulo, o no votar.

¿Votar a “ganador”? que es lo que más atrae, tenemos dos opciones impuestas por el sistema en las próximas elecciones generales al Congreso de los Diputados de España o al PSOE de Rubalcaba o a PP de Rajoy. Uno de los dos será el ganador, o no, eso depende de la “rebelión” de los votantes a las previsiones ya hechas del resultado de las urnas del 20N.

Veamos, si quiero votar con principios, a valores permanentes e inmutables, como la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, sin relativismo alguno ni medias tintas, no puedo dar mi voto ni al PP de Rajoy, ni al PSOE de Rubalcaba, (ni a los otros partidos minoritarios representados hoy en el congreso de los diputados). Unos aceptan el asesinato de inocentes, en el vientre materno, de una manera y cantidad y otros de otra, pero todos son abortistas en mayor o menor medida. Bien, nosotros no somos abortistas, por tanto no podemos votarles. En esto exigimos claridad, abolición del aborto en todos los supuestos, defensa de la vida, de todas las vidas, como primer derecho humano. No podemos, no queremos ser cómplices con nuestro voto de sus acciones contra la vida.

Si el PP de Rajoy o el PSOE de Rubalcaba, presuponiéndoles dignos de confianza, nos prometen en sus programas y en sus declaraciones, la abolición del aborto, de sus métodos y de toda forma de eutanasias, que atentan contra la vida y la dignidad de las personas, entonces pasaremos a explorar el segundo principio, la defensa de la familia formada por un hombre y una mujer abiertos a la vida, como célula primordial de la sociedad, entorno a la cual se desarrolla la vida, las relaciones psicoafectivas, sociales y los aprendizajes culturales básicos transmitidos de generación en generación. Los “matrimonios” contra natura, estériles en la descendencia; las uniones temporales ausentes de compromisos; o los abandonos irresponsables de la palabra dada, perjudicando gravemente a terceros inocentes, son atentados contra la familia. Pues bien, nosotros no podemos votarles sino manifiestan con claridad la defensa de este principio innegociable.

La libertad de los padres para educar a sus hijos en sus valores y elegir el tipo de enseñanza y el centro escolar más adecuada para ellos, es otro principio innegociable. En tanto el PSOE de Rubalcaba como el PP de Rajoy u otras ofertas electorales, no reflejen en sus programas con claridad este ejercicio de libertad para los padres, no podemos darles nuestro voto.

El bien común como criterio por antonomasia a la hora de tomar decisiones socio-políticas, económicas, laborales, sanitarias y legislativas, debe estar por encima de los interés oligárquicos, ideológicos, de clase, de partidos, o de territorios. Todos los hombres, todos los vecinos, todos los compatriotas son iguales en dignidad, en libertad y en justicia. No podemos votar a quién no defienda el BIEN COMÚN en todas sus acciones y decisiones políticas.

La libertad religiosa y sobre todo de la religión Católica, a la que consideramos la verdadera y la históricamente española, sin entrar en competencia con los poderes del Estado ni este en con los de la Iglesia, en colaboración y respeto mutuo, libremente concordado, es un derecho innegociable. No podemos votar a quien no defienda nítidamente este principio.

La Unidad de España, su libertad y su integridad, el fomento de la solidaridad y hermandad entre todos los compatriotas españoles, deben estar, no supuestos, sino explícitos, en los programas, en las declaraciones y en los hechos, de los candidatos, tanto del PP de Rajoy, como del PSOE de Rubalcaba, así como, de cualquier formación que pretenda conseguir nuestro voto.

Votaremos al “menos malo” después de comprobar que estos principios innegociables aquí enumerados están claros, muy claros.

Votaremos en “blanco” si no encontramos opciones que nos representen.

Votaremos “nulo” si no encontramos opciones que nos representen y además queremos protestar por la “injusticia” del Sistema.

No votaremos, si pasamos del compromiso como miembros de la sociedad o no nos queremos enterar, de nada de lo que pasa o damos por bueno todo lo que pase.

Pero votes lo que votes, hazlo con libertad y siendo coherente con tus principios.

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