Redacción/Barcelona.- Josep Anglada ha visitado esta mañana los emblemáticos barrios de Clot y Verneda de la ciudad condal. Son dos de los cientos de puntos de la geografía catalana que el líder identitario catalán recorre estos días para mitigar el efecto del ‘apagón informativo’ que sufre su partido entre los medios catalanes. 

En este sentido, resulta sorprendente el contraste entre la opacidad informativa que rodea a Josep Anglada y la espectacular cobertura que el sistema está brindando estos días a ETA, para que pueda difundir sus mensajes electorales. Es la diferencia entre servir los intereses de unos pocos y pretender representar los de muchos.

-En el mercado municipal de Sant Martí, una catalana de origen andaluz le expresaba su indignación por el tratamiento que el “calvo” (Durán Lleida) había dispensado a los andaluces al tratarles de vagos, ¿qué le respondió usted a esta señora?

Los andaluces vinieron aquí a trabajar muy duro, con un contrato en la mano, y se dejaron la piel para levantar esta tierra. Durán Lleida trata a los andaluces y a los extremeños de vagos y, sin embargo, no dice que en la etapa de gobierno de Jordi Pujol apostaron por la llegada de los moros, a los que concedieron todo tipo de ayudas. Esa es la diferencia entre la casta y un partido, la PxC, que defiende sobre todo los intereses de los nuestros.  

-Una de las estampas más características de esta campaña, sin embargo el silencio de los medios, están siendo las agresiones, insultos y amenazas a los candidatos y militantes de la PxC. Lamentable que esto ocurra en una sociedad que presume de sensibilidad democrática…

Como no saben como pararnos, nos envían a esta pandilla de gandules subvencionados: con sus perros, sus flautas, sus silbatos y su intolerancia. Su objetivo es impedir a partidos democráticos como el nuestro que expresemos libremente nuestra opinión y nuestras ideas. Esta escoria social sólo conseguirá que la gente normal sienta cada vez más afecto y comprensión hacia nosotros, los verdaderos demócratas.

-¿Percibe usted diferencias entre el discurso del PSOE y el del PP en asuntos que son fundamentales para millones de españoles pero sobre los que se está pasando de puntillas?

Qué importa que gane el PSOE o el PP. El PSOE ha sido el encargado de recortar los derechos sociales de los trabajadores catalanes y españoles, sometiéndose de forma vergonzosa a los dictados de los mercados financieros. Por su parte, si gana el PP, no hará más que profundizar en sus medidas ultraliberales, que supondría el desmantelamiento de nuestro sistema de protección social y, consiguientemente, la ruina para las clases populares. La PxC, en cambio, puede y debe cambiar el panorama político actual para devolver la ilusión perdida a la buena gente de este país. Por eso el día 22, la entrada de la PxC en el Parlamento español será una gran victoria de todos y una gran derrota de unos pocos.

-En Manresa, usted se comprometió a impulsar algunas medidas económicas de hondo calado social. ¿Nos podría detallar la más importante de ellas?

Plataforma per Catalunya se compromete a impulsar la dación como pago para todas las personas que no puedan pagar la hipoteca. No es de recibo ni se puede permitir que una familia que pasa el trauma y el drama de tener que abandonar su hogar por no poder hacer frente a una hipoteca, en la mayoría de casos abusiva, tenga además que soportar una deuda de por vida. 

-¿Y quiénes son los culpables de esta situación a la que se ven abocadas millones de familias españolas?

 Tanto el PP como el PSOE han alimentado una burbuja inmobiliaria cuyos efectos eran fáciles de prever. Muchos se han llenado los bolsillos con la especulación indiscriminada y ahora, sin embargo, sus excesos lo están pagando los más pobres.

-¿Quién debería asumir esa pesada carga?

Los grandes bancos, que se han hecho de oro a base de engañar a la gente que menos tiene. Más de 350.000 familias han sido desahuciadas de sus hogares desde que comenzó la crisis. Ésta es una situación insostenible, un drama humano que desde Plataforma per Catalunya no podemos ni vamos a permitir.