Un tercio de los alimentos mundiales va a parar a la basura
En un mundo azotado por la crisis económica, donde mucha gente no tiene acceso a la comida por su alto costo, la tercera parte de los alimentos anuales (unos 1.300 millones de toneladas) se pierde o desperdicia. Así lo reveló un informe divulgado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Según los datos recogidos por la organización, el mundo llegó a gastar en armas más de 1.400 millones de dólares, pero no puede conseguir un tercio de esa suma que permitiría a 862 millones de personas hambrientas disfrutar anualmente del más elemental de los derechos humanos: el derecho a la alimentación y por tanto el derecho a la vida.
El problema abarca tanto a países ricos como los que están en vía de desarrollo, pero por causas totalmente diferentes.
El ‘peso’ del afán consumista
En los países industrializados, donde el exceso de consumo por parte de los obesos ascendió a 20.000 millones de dólares a nivel mundial, el desperdicio se debe a que la gente tira a la basura toneladas de alimentos en un buen estado de conservación.
Por ejemplo, en EE. UU., el país que más desperdicia productos, casi la mitad de todos los alimentos cosechados se pierde anualmente antes de ser consumida. En muchos casos, la comida tirada a la basura ni siquiera fue tocada por las familias.
Por otro lado, en España, debido a una mala previsión al hacer la compra, los restaurantes tiran cada año a la basura más de 63.000 toneladas de desperdicios. Esto supone unas pérdidas superiores a los 255 millones de euros en plena crisis económica.
Así, los países ricos desperdiciando la comida generan para sí mismos costos en tres niveles: pérdida económica para las familias que compran alimentos que no consumen, costo en procesamiento de basura y costo para el medio ambiente por la contaminación.
Cruel paradoja alimenticia
En los países en vía de desarrollo, donde un número elevado de personas tiene una situación alimenticia precaria, se observa aún más alto el nivel de las pérdidas de alimentos en la fase de producción, recolección y procesado. Esto se debe, sobre todo, a los problemas de empaque, transporte y almacenamiento por falta de recursos.
Según los datos de la FAO, América Latina pierde más alimentos per cápita en la fase de preconsumo que todas las demás regiones con Brasil como el ejemplo más lamentable de la región. En el país, dos tercios de lo que se planta se pierden en toda la cadena productiva. Se señala que alrededor de 70 mil toneladas de alimentos van a la basura anualmente.