Cientos de ciudadanos se quejan de incidencias con el voto por correo
Este año la gestión del sufragio a distancia no ha sido la esperada por muchos españoles, que ven con impotencia cómo este domingo no podrán ejercer este derecho fundamental respaldado por la Constitución. No han recibido el sobre en casa con las papeletas y una vez pasado el plazo de envío del voto, tampoco les queda la opción de acercarse a su ciudad natal. El reglamento electoral lo prohíbe si se ha solicitado el voto por correo.
Este es el caso de nuestra compañera, Almudena Collado, una ciudadana española nacida en Cuenca y residente en una conocidísima calle de Madrid. Almudena cuenta en primera persona a Cope cómo, después de haber solicitado el voto por correo hace dos semanas, exactamente el pasado 4 de noviembre, ha gastado su tiempo inútilmente los últimos siete días en llamadas telefónicas y viajes estériles para intentar conseguir que Correos y la Oficina del Censo Electoral pudieran decirle dónde estaba su voto.
Almudena ha ofrecido una y mil veces su número de localizador y los sucesivos números de reclamación. La única respuesta que ha obtenido es la de que su domicilio es desconocido, algo totalmente imposible puesto que recibe el resto de correspondencia sin ningún problema.
Como ella, muchos otros ejemplos llegan a esta redacción. Los afectados cuentan como el simple hecho de votar, algo en lo que tanto insisten todos los candidatos a la Presidencia, se ha convertido en una misión imposible. Se cree que un 10 por ciento del electorado que ha solicitado el voto por correo no podrá ejercer este derecho fundamental y se preguntan con impotencia, la forma de solucionar este problema. ¿Podemos hablar de intereses ocultos detrás de esta imposibilidad para ejercer el voto?, se pregunta Almudena.