De puente a acueducto
Estamos en el incicio del “acueducto” de un largo “puente”. España, necesaria de productividad, se hace un receso por muchos compatriotas en la semana del Día de la Constitúción-Inmaculada. Recientemente se ha propuesto la eliminación de los puentes para incrementar nuestra productividad, pero ¿sería efectiva esta medida?
Para la patronal, los puentes suponen un coste “desproporcionado” para los talleres de producción en cadena por la parada y reactivación de la maquinaria, así como un problema organizativo para las compañías que operan fuera de las fronteras de su comunidad autónoma.
La CEOE propone que de los 14 días festivos, cinco permanezcan inamovibles el próximo año. Otros tres se trasladen a lunes, y el resto, tres días determinados por la comunidad autónoma y dos fijados por cada municipio, quedarán a libre disposición de estas administraciones, aunque recomendado pasarlos al primer día de la semana.
España no es el país con más días festivos, estando a la cabeza Suecia y Portugal. Pero nuestro país se encuentra entre los de una jornada laboral efectiva más larga. Según un estudio de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo, el número de horas trabajadas en España es mayor, por ejemplo, que en Francia, Bélgica, Alemania, Italia, Portugal, Suecia e Irlanda, e inferior que en Reino Unido y Austria. Sin embargo, los países europeos con jornadas más cortas -Holanda, Alemania y Bélgica- presentan una mayor productividad del trabajo.
Por tanto, el hecho de trabajar más días o tener más puentes, no tiene por qué implicar mayor productividad. De ahí que haya que diferenciar entre la productividad personal y la del país, pudiendo disminuir el rendimiento personal si se reduce esa motivación extra.
La única solución para equiparar la eficiencia productiva española a la europea sería la modificación de la jornada laboral efectiva o, al menos, modificar los métodos de trabajo. Eso podría aumentar el volumen de lo producido y entonces se podría admitir que ha aumentado la competitividad. Las empresas tienen que entender que es importante invertir en una buena gestión de agendas y conciliar la vida laboral con la familiar y personal.
Así, más que en la reducción de puentes, debemos centrarnos en la unificación de los festivos a nivel nacional, y más a que al modelo británico, acercarnos al francés, donde todos los festivos son a nivel nacional, pero hay más días de vacaciones.
Para conseguir esa ansiada mayor productividad, las empresas se están esforzando en crear un ambiente favorable de trabajo y conseguir que haya una mayor identificación de los trabajadores con la empresa. Sin embargo, y a pesar del esfuerzo realizado por muchas empresas, esta sigue siendo nuestra asignatura pendiente, ya que se puede comprobar la facilidad con que en España se recurre al despido, o la preferencia que se da al trabajo temporal, para poder eliminar personal en cuanto hay problemas de exceso de capacidad, mientras que en Alemania los despidos son el último recurso.
Está demostrado que las empresas que han reducido sus horarios han aumentado la productividad. El gran objetivo de España es mejorar su productividad sin aumentar las horas de trabajo, reduciendo la pérdida de horas innecesarias, reestructurando la jornada laboral y hacer de la puntualidad una exigencia ética para todos.