El Valencia reanuda las obras de su nuevo estadio
Diciembre de 2013. Las obras del nuevo estadio del Valencia por fin tienen una fecha oficial para su conclusión. Será dentro de dos años, después de que el club anunciara ayer a través de un escueto comunicado oficial el acuerdo con Bankia para desbloquear un proyecto que lleva estancado 34 meses, desde que en febrero de 2009 pararan las máquinas por la deuda contraída con las empresas constructoras.
El Valencia confiaba en que Bankia diera el visto bueno a la operación antes de fin de año y lo ha conseguido. El consejo de administración de la entidad financiera aprobó ayer quedarse con las parcelas del viejo estadio y el solar destinado a oficinas y uso hotelero en la avenida de las Cortes, así como la ciudad deportiva de Paterna -pendiente de recalificación-, a cambio de condonar los 250 millones comprometidos en créditos con Bancaja y Banco de Valencia.
El acuerdo reduce a un tercio la deuda de la sociedad anónima deportiva, que pasa de 370 a 120 millones de euros, cantidad casi idéntica a la que dejó Manuel Llorente cuando abandonó el club en 2006 por sus desencuentros con Juan Soler. Esto permite al Valencia volver a entramparse, y por ello la segunda parte del acuerdo con Bankia es la concesión de un crédito con el que se podrá reanudar de forma inminente las obras del nuevo Mestalla. Ahora mismo falta pagar unos 150 millones. De este modo el Valencia acabará su campo con un desembolso anual de en torno a seis millones de euros, menos de la mitad de los 14 que ahora mismo abona en concepto de intereses bancarios.
Manuel Llorente estaba radiante anoche al ver culminada una operación que era leitmotiv de su mandato. Por ello no dudó en hablar de «un día para la historia», además de augurar «un salto de calidad en todos los ámbitos» del club.
El presidente confirmó que la fisonomía del nuevo campo no diferirá mucho del boceto original. «El valencianismo debe saber que el estadio, una vez acabado, quedará tal y como estaba diseñado. Sólo hay pequeñas modificaciones», detalló.
Llorente trató de minimizar el impacto de una operación que permite desbloquear las obras del nuevo Mestalla, pero con un altísimo coste patrimonial. En este sentido, el discurso oficial recuerda que el Valencia seguirá teniendo un estadio -«de los mejores de Europa»- y una ciudad deportiva, que ahora ha de construir de forma ineludible en Ribarroja, ya que se queda en Paterna en régimen de alquiler. «El club tiene activos que han hecho posible la operación», recordó Llorente antes de subrayar «el compromiso de Bankia con Valencia».
La reanudación de las obras del nuevo Mestalla permite también fijar el momento en que el equipo abandonará el viejo feudo. A pesar de la caída en la asistencia de aficionados, el coliseo de la avenida de las Cortes generará un notable incremento de los ingresos, razón por la que el cambio de sede será inmediato. Coincidirá más o menos con la segunda vuelta de la temporada 2013-14. De cumplirse estos plazos, el Valencia jugará en su nueva casa más de cuatro años después de lo previsto en el arranque de las obras, cuando se estableció para el traslado la fecha de septiembre de 2009.
La crisis ha hecho que el negocio en torno a las parcelas de la avenida de Suecia haya ido decayendo. Soler calculó que las vendería por 360 millones. Soriano elevó los ingresos a 400, pero incluyendo también en la operación el terciario del nuevo estadio. La mejor oferta que trajo Richard Ellis se quedó en 175 y al final el negocio se cierra en 250, aunque con el suelo de oficinar y las instalaciones de Paterna completando el ‘pack’.