La responsabilidad del capitán
El naufragio del Costa Concordia deja muchas dudas en el aire aparte de lo inexplicable del suceso. Un barco moderno, entró en servicio en 2006, con todos los adelantos de seguridad en navegación no tenía porque chochar con un pedrusco que siempre estuvo allí y por donde el crucero, seguramente, no tenía que pasar.
Las declaraciones de los supervivientes no dejan lugar a dudas. Al principio se les dijo que era una avería eléctrica y por ello el inicio de las tareas de rescate se retrasaron más de una hora. Un vídeo de uno de los pasajeros, visto en las noticias, lo muestra preguntando a un tripulante que pasaba por allí, porqué llevaba un chaleco de salvamento cuando nadie había dado la orden por altavoz a los pasajeros de ponérselo. El tripulante se excusó diciendo que no comprendía su idioma. ¡Vaya! Otro hecho curioso es la falta de coordinación en la evacuación del buque ¿Cómo es posible que la tripulación no se implicase a fondo en la tarea? ¿Faltaban instrucciones? ¿Estaban preparados para afrontar siniestro? ¿Dónde estaban sus superiores?
Las noticias son confusas pero varias versiones coinciden al declarar que algunos tripulantes tenían toda la intención de abandonar el Concordia lo antes posible, dejando a los pasajeros librados a su suerte. A pesar de que a las 6 de la mañana se evacuó a la última víctima, el capitán había abandonado el barco a las 11.30 de la noche anterior. ¿Porque lo hizo? ¿Tuvo miedo? ¿Acaso quiso escapar sabiendo de su culpabilidad?
El tiempo nos descubrirá la verdadera razón pero su irresponsabilidad es evidente. La compañía tampoco ha contribuido a calmar las aguas, en un primer momento no pudo siquiera presentar una lista detallada del pasaje a bordo del barco en el momento del siniestro, lo cual agrega mayor confusión a la hora de precisar cuantas son las personas desaparecidas, para mayor angustia de los familiares al no saber la suerte corrida por los suyos.
Y uno se pregunta ¿Cómo ha podido suceder una tragedia semejante? ¿Estamos ante el Titanic del siglo XXI? Curiosa forma de festejar el centenario de aquel famoso hundimiento. En cualquier caso, en plena era de Intenet, con todos los adelantos técnicos de navegación marítima y con los avances en materia de seguridad que el buque seguro poseía, con un sistema GPS capaz de dar una posición en tierra o mar con un error menor de un metro, va y se estrella un gigante de 300 metros contra las rocas? No hace falta que lo digan, el error es humano.
El seguro tendrá que afrontar los millones perdidos pero… ¿Quien pagará el daño humano? ¿Quiénes asumirán su negligencia? El Capitán, como máximo responsable, debería ser el primero.