Aumentan las vocaciones sacerdotales frente al invierno moral y el fracaso de la sociedad laica
Padre Jorge.- No sé si lo habrán visto en algún medio de información, pero por si acaso me alegra recoger el dato aquí. Después de nueve años de descenso, aumenta el número de seminaristas mayores en España. No es que sea mucho, pero menos sería lo contrario. Apenas de 1.223 a 1.265. Pero es un aumento. Son los datos estadísticos de la Conferencia Episcopal. En los cuales, por cierto, se da el número de sacerdotes ordenados en el pasado año: 141. Pues no, no está nada mal. Poquito, pero subiendo.
Hace unos días también se nos dijo que este año las declaraciones de la renta que optaban por colocar la crucecita a favor de la iglesia católica habían aumentado nada menos que en 237.143. Pues otro dato que me satisface.
Sí. Porque los datos son tercos. Y nos empeñamos en un discurso catastrofista que hay que aceptar porque sí. Todo el día escuchando eso tan original de que las iglesias están vacías, que no hay vocaciones, que estamos perdiendo toda credibilidad. Y la culpa del papa y de Rouco y de Martínez Camino.
¿Qué se ha perdido toda la credibilidad? En dos años 712.000 crucecitas más a favor de la Iglesia en las declaraciones a Hacienda.
¿Qué no hay vocaciones? Pues parece que aumentan un poquito.
¿Qué las iglesias están vacías? Mi experiencia y la de mis compañeros es todo lo contrario.
Estos son los datos. Tercos.
Ya, ya sé que me dirán que esos datos no significan demasiado. Pero si los datos fueran al contrario, aparecerían en todas las televisiones como prueba del desmoronamiento de la ultraconservadora iglesia española…
¿Y los pobres? Pues en Madrid en los despachos de Caritas y en los comedores de las Hijas de la Caridad y de las Misioneras de la Caridad, en los albergues municipales –el de San Isidro regentado también por religiosas-, y el de los hermanos de San Juan de Dios, y…
Por cierto ayer escuché a una concejala del ayuntamiento de Madrid decir que el ayuntamiento como tal no tiene comedores sociales. Que dan una subvención a las Hijas de la Caridad y ellas se encargan de todo. Interesante. Se da el dinero, y que lo hagan las monjitas… Normal, no se van a mezclar con los pobres los señores concejales… Se da dinero y punto.