Colectivo Alborán.- Contexto: Decíamos anteriormente que un aspecto que no se suele tener en cuenta cuando se analiza la Defensa Nacional es la Guardia Civil (GC), que tiene más hombres que los Ejércitos Tierra, Mar, Aire y Cuerpos Comunes, además de ser considerada siempre, como en otras naciones, fuerza paramilitar, magníficamente dotada, por cierto. También que hablaríamos de la peculiar biografía del Director General de la Guardia Civil.

Nació el Instituto como cuerpo militar enfocado a misiones policiales, tanto civiles como castrenses, a imagen y semejanza de la Gendarmería Nacional Francesa, principalmente, y del Arma de Carabinieri italiana, la Guardia Nacional de la República portuguesa, la Koninklijke Marechaussée holandesa y otros cuerpos no europeos (la Gendarmería Turca, la Gendarmería Real Marroquina, la Guardia Civil Peruana, los Carabineros chilenos, etc). Concretamente, el Reglamento fundacional de la misma estipulaba en su artículo 5º que el mando del Instituto Armado, como jefe superior del mismo, recaía: “un Teniente General del Ejército, con la denominación de Director General, auxiliado por un Estado Mayor”.

Aun hoy, después de años de feroz “civilización”, la Guardia civil tiene, básicamente, una doble dependencia:Del Ministerio del Interior en cuanto a misiones, retribuciones, destinos y medios. Del Ministerio de Defensa en cuanto a ascensos, disciplina y misiones de carácter militar, así como durante el estado de sitio y de guerra. Antes de que el PSOE “descubriera” la Guardia Civil, una vez llegado al poder Felipe González en 1982 (como lo hizo José Barrionuevo), los señores del tricornio tenían muy mala prensa entre la izquierda española, y, de hecho, “in pectore” la daban por disuelta. Quizás con esa amenaza como explicación, el hecho es la inmediata y total subordinación de sus mandos la salvó e incluso la potenció. Esta conjunción de intereses por las dos partes, en el caso del PSOE sin duda lo fue como contrapeso a un posible “enemigo” peor, los Ejércitos, y como cortafuegos ante una Policía Nacional ya por entonces, y en gran medida gracias a las propuestas izquierdistas, muy descompuesta y más “desobediente”.

Pero, siempre hay un pero, cuando, casualmente tras el 23-F, el PSOE llegó al poder y al poco tiempo se hizo con el control eficaz del Estado, en 1986 nombró como Director General al primer civil: Luís Roldán Ibáñez, quien desató una corrupción bastante generalizada, a consecuencia de la cual tuvo que dimitir en1993 y huir de España al año siguiente. De Roldán retengamos que su currículum se resumía, adornos y mentiras a parte, a “haber realizado estudios de Sociología y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Educación a Distancia”; no nos consta si siquiera había realizado el servicio militar. Ese fue el reconocido prestigio, por usar una manida y estúpida muletilla, que sirvió para desplazar del mando de un cuerpo militar a un teniente general.Con Luis Roldán el escalafón del Cuerpo de la Guardia Civil pasó de contar con un general de división a tres y de siete generales de brigada a 13; mientras, por supuesto, se aceleró la reducción de los Ejércitos ya comenzada por UCD.

Por supuesto, salvo la excepción del buen amigo de Bono y conmilitón suyo, al parecer, en la Orden Martinista Sinárquica (masónica), el general de división del Ejército del Aire D. Carlos Gómez Arruche (relacionado con el Yak 42 y en la GC de 2004 a 2006), nunca más hubo directores generales militares. Bono, que tuvo la humarada de no elegir a un marino o un médico militar, le encumbró a teniente general.Tras e1 11-M, cuando de nuevo llegaron al poder los socialistas, en el escalafón de la Benemérita había cinco generales de división y 18 de brigada.

El 22 de septiembre de 2007 se aprobó la plantilla de la Guardia Civil para el periodo 2006-2011, pero dos meses después, sin aprovechar el proyecto de ley de la Carrera Militar y con el “trámite abreviado” del Real Decreto 1264/2007, crearon de la nada el empleo de teniente general y ascendieron al mismo a los cuatro Subdirectores de la Benemérita. El PSOE, que había suprimido la Ley de Acompañamiento, aprovechó la disposición final decimoquinta de la Ley 42/2006, de 28 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2007, para modificar la Ley 42/1999, de 25 de noviembre, de Régimen del Personal del Cuerpo de la Guardia Civil.

No hizo falta una nueva ley de plantillas, ni dotación presupuestaria, ni nada de nada; y mucho menos consulta con los Consejos Superiores de los Ejércitos. Ahora hay en una plantilla de cuatro tenientes generales, siete generales de división y 23 generales de brigada.

A poco de llegar Rubalcaba al Ministerio del Interior, unificó las Direcciones Generales de la Policía y de la Guardia Civil bajo el mando de Juan Mesquida, poniendo al frente de los citados Cuerpos a sendos Directores Adjuntos Operativos (DAO). En el caso del de la Guardia Civil ese cargo le correspondió al General de División García D. Juan Manuel García Varela, quien en los días del 11-M era el General de Brigada Jefe del Servicio de Información (recordemos que el tráfico de explosivos es una de las competencias de la GC), siendo poco después del cambio de Gobierno ascendido a General de División y promovido al cargo de Subdirector General de Operaciones, el de “más contenido” dentro de la GC.

Poco después, el Gobierno Francés le concedió el título de Gran Canciller de la Legión de Honor (como a Polanco; curiosamente) y luego ascendió a Teniente General; la matrícula de su coche particular es muy poco discreta y muy significativa por ser todo seises. En la actualidad, la Guardia Civil, cuenta casi con tantos guardias como soldados Defensa, tiene un presupuesto que es la tercera parte del militar y dispone de aviones, helicópteros y barcos (que, eso sí, no patrullan las aguas españolas en Gibraltar). Además, Defensa tiene la sangría de la Unidad Militar de Emergencias (casi 5.000 hombres y los mejores medios en helicópteros, transmisiones, y demás, “chupando” del presupuesto militar), segregada de la cadena de mando militar y puesta directamente bajo el mando del Presidente del Gobierno, con lo que una parte muy significativa de sus efectivos, en la práctica, ha dejado de pertenecer a los Ejércitos, sin que estos, a cambio, volvieran a dirigir Protección Civil como siempre desde su creación en la posguerra.

En esto el PSOE ha vuelto a la práctica de los Gobiernos Liberales del siglo XIX, creando sus propias “milicias” para contrarrestar los a Ejércitos. Arsenio Fernández de Mesa y Díaz del Río Bien, pues para ese poderosísimo cuerpo militar que es la GC, el Partido Popular ha nombrado a un civil adornado con un currículum que rememora el de Roldán: Es diplomado en Altos Estudios Militares por el CESEDEN (Madrid), diplomado en Corrosión y Supervisión por la Escuela Universitaria de Ingenieros Técnicos Navales (Ferrol) y diplomado en Protección y Revestimientos del Acero por “ICM Ltd”.

Funcionario del Estado por oposición desde mayo de 1979, hoy en situación de “excedencia por servicios especiales”, habiendo estado destinado en el Puerto de Ferrol. Inspector del departamento marítimo del “International Marine Coatings”en excedencia forzosa. Consejero Científico del IICP-IISP.Fue concejal del Ayuntamiento de Ferrol (1983-1991), primer teniente de alcalde de Ferrol (1987-1989), diputado nacional del Partido Popular por A Coruña en la IV, V, VI y VII legislatura y coordinador nacional territorial del Partido Popular (1991-2000). Durante el período 2000-2003 fue el delegado del Gobierno en Galicia. En su condición de diputado, ha ocupado los siguientes cargos: vicepresidente de la Comisión de Defensa (IV Legislatura), portavoz de Pesca (V Legislatura), portavoz de Construcción Naval (IV, V y VI Legislaturas), portavoz de Marina Mercante (IV, V y VI Legislaturas), portavoz de Defensa del Partido Popular (VI Legislatura), presidente de la Comisión Nacional de Defensa del Partido Popular (IV Legislatura) y representante del Congreso de los Diputados ante la OSCE (VI Legislatura). Está en posesión de la Gran Cruz del Mérito Naval.

Pero, para los ferrolanos que le conocen, militares o no, resulta que:

– Funcionario del Estado quiere decir que accedió en 1979 a una plaza de oficial segunda administrativo del Puerto de El Ferrol (Grupo D), gracias a que su padre, Ingeniero Técnico de Obras Públicas empleado en el puerto de Ferrol, le ayudó a ingresar como auxiliar de jardinería.

– Inspector del Departamento Marítimo de la International Marine Coatings Ltd, mediante concurso selección, desde Julio de 1982, hasta que en Septiembre de 1988 pasa a la situación de “excedencia forzosa”, para dedicarse plenamente a la actividad política, quiere decir mero delegado de una empresa de pinturas para barcos muy conocida en Ferrol.

De esa actividad se desprenden los pomposos títulos siguientes, que, en realidad, son meros cursos de capacitación (formación continua) en pinturas industriales: Master en Marketing, del RENMARK, junio de 1980; Diplomado en Protección y Revestimientos del Acero por International Paints en Bilbao en 1984; Diplomado en Corrosión y su Prevención por la Escuela de Ingenieros Técnicos Navales de Ferrol, de la Universidad de Santiago de Compostela, en 1988; Diplomado en Contaminación y Protección del Medio Natural, Universidad Politécnica de Madrid, en 1988.

– En la misma categoría de cursos o cursillos de horas, días o semanas en el ámbito laboral debe incluirse la Diplomatura en sistemas informáticos que se incluía a en la ficha de la legislatura 1989-1993.

-Diplomado en Altos Estudios Militares por el Centro Superior de Estudios de la Defensa, en Madrid 1991; es una diplomatura que no existe como tal, pues esa amplia definición, en su caso, encubre el que en 2011 asistió a un Seminario de Altos Estudios de la Defensa (ALEDE); es decir, unas jornadas informativas para “dar un baño”, en este caso no de pintura, a cargos que no tienen apenas conocimientos de las estructuras militares.

– La Gran Cruz del Mérito Naval resulta ser una Medalla de la Real Liga Naval, una asociación privada sin vinculación oficial con la Marina.

– Consejero Científico y Profesor del Instituto Internacional de Ciencias Políticas (Consejero Científico del IICP-IISP) de la UNESCO, Áreas de Defensa e Industria, encubre que el tal Instituto Internacional no es un organismo de la UNESCO, aunque colabora con ella, y solamente se trata de una asociación que utiliza el nombre de los consejeros para dar apariencia de ser un organismo oficial. No es más que un cargo honorario que otorga esta entidad privada para dotarse de representatividad social y que le viene más por sus cargos políticos que otra cosa.

En resumen, mucha paja para ocultar que es un funcionario administrativo sin estudios universitarios, del que tampoco conocemos que hiciera, siquiera, el servicio militar, y que ha progresado a cuenta de cargos políticos, y que, a partir de ahí, el resto del currículum del nuevo Director General de la Guardia Civil es de carácter político, que es donde realmente ha desarrollado toda su carrera, y gracias a la cual, y a la cercanía a Mariano Rajoy fue nombrado.

Lógicamente, muchos de los miembros de la Benemérita, institución tradicionalmente muy bien informada, conocen lo anterior y mucho más, con lo que ha saltado a la prensa la indignación en la Guardia Civil que acusa a su Director de no tener ni los estudios para el ingreso como guardia. Un grupo de suboficiales de la Dirección General, que de los tenientes generales “ni están ni se les espera”, anuncian una carta pública dirigida a Mariano Rajoy pidiendo el relevo de Fernández de Mesa y que se ponga a una persona que represente dignamente al Instituto Armado “preferiblemente un militar de carrera” y con capacidades para dirigir a los 85.000 hombres de la Benemérita. Y esto lo piden miembros de una institución tan “civilizada” que tiene ya no tiene arrestos en su régimen disciplinario y que cuenta con los siguientes sindicatos/asociaciones: el Consejo de la Guardia Civil, la Unión de Oficiales (UO), la Asociación de la Escala de Suboficiales (ASES-GC), la Unión de Suboficiales de la Guardia Civil (USGC), la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC; la que quiere quitar el lema de “Todo por la Patria” de los cuarteles) y la Unión de Guardias Civiles (Unión GC).

Pero es que Arsenio (Cuco para los amigos), según un correo que circula por Internet, cuando estaba de Delegado del Gobierno en Galicia se paseaba con su séquito de amigos pijos por delante del cuartel de la GC y se paraba en la puerta para que saliera el guardia a darle novedades. A modo de anécdota, suyas son muy conocidas por aquellos parajes las broncas a pobres guardias, chóferes, etc, y el engominado del banderín, porque cuando fue le obligaba al chófer a colocar los dos banderines en el coche oficial como hacía Franco, y es sabido que hoy nadie los lleva, salvo el Rey.

Únicamente “encaja” perfectamente con los marinos y ha defendido propuestas de los militares de la Armada. En este sentido, fue notable el incidente que protagonizó con el General de la Brigada Aerotransportable en un hotel, porque el inhibidor del coche oficial del mando militar, al parecer, impidió que el del político arrancara, lo que le produjo un ataque de falta de compostura e indignación que sorprendió al general, quien tuvo que atemperarle las maneras; no contento con ello, Fernández de Mesa incluso “dio parte al JEME”, quien, lógicamente, no atendió las descompuestas razones del político.

Otro aspecto del “talante” y buen mandar del nuevo director general es que está estudiando poner en marcha una ley orgánica que permita que un general en la reserva pueda ser el jefe de su Gabinete y dirigir a generales en activo, porque el que ha elegido para tal puesto, Ara Callizo, fue pasado a la situación de reserva por el PSOE. De todo ello deducimos que, como en tantas ocasiones, si hay algo en lo que coinciden plenamente, en la práctica, PP y PSOE es en la política de Defensa. Lo cual, a la vista de los precedentes de uno hace muy fácil predecir los resultados del otro.

*El ‘Colectivo Alborán’ lo forman un grupo de altos mandos del Ejército español, retirados y en activo, que cuentan con una cualificada experiencia militar y una notable preparación académica. A todos ellos les une un denominador común: el amor a España y la preocupación ante los acontecimientos que vive nuestra nación.