IU avalará la corrupción del PSOE en Andalucía
Eduardo Casquero.- Lo que se decide en Andalucía el 25 de marzo no es sólo un cambio de Gobierno. No es sólo la sustitución democrática y saludable de un partido por otro, ni la de una persona y sus equipos por otra. Se decide el fin de un régimen de nepotismo, corruptelas y control asfixiante de los medios públicos. Se elige entre la perpetuidad de unas siglas con algunas luces y muchas sombras. Eso, y no otra cosa, es lo que los ciudadanos andaluces votarán en marzo. IU, residuo arcaico y estrecho de los comunistas, hace gala de compromiso democrático con el rostro siempre amargo y negativo de su líder (sic) Cayo Lara.
Propagandas vacuas aparte lo cierto es que en todas las oportunidades que ha tenido ha preferido ser fiel a sus siglas más que a la democracia o a los españoles. Al igual que el contumaz sectarismo de Llamazares se opuso al pacto higiénico en Extremadura, los que quedan tras Cayo avalarán la ingente corrupción que ensucia la limpieza del campo andaluz, enturbia las relaciones entre la administración y los administrados, y consolida definitivamente el desequilibrio de poder perjudicial e insano en un estado de derecho.
IU, partido residual y anacrónico que bebe de los deshilachados restos tras el paso de Rodríguez Zapatero por el PSOE, avalará con su voto y con su apoyo la corrupción del PSOE en Andalucía, el casi treinta por ciento de paro, y una administración plenamente trufada de amiguetes que con cafelito o sin él, han sustraído de las arcas públicas millones de euros en los treinta años de régimen. Puede que Arenas no sea el mejor candidato ni el PP el mejor partido, pero lo que no cabe ninguna duda es que la continuidad del PSOE al frente del Gobierno andaluz es la peor de las opciones.
Los sindicatos tragones y trincones, metidos de lleno en la campaña electoral, disponen ya a sus liberados, siempre que no caiga en puente, para llenar las calles de ruido y demagogia. Para sostener al PSOE de sus millones en el poder y no perder el último reducto que soporta la indolencia sindical y sus trampas. Vende el Sr. Griñán en su defensa, el progreso evidente de Andalucía en estos años. Pero es un mensaje, como todo en él, falaz, por lo incompleto. La cuestión no es que se ponga en duda el progreso andaluz, sino si tras tantas décadas Andalucía ha progresado en la medida en que debía haberlo hecho de no mediar tanto saqueo, amiguismo y corrupción generalizada.
IU debería presentarse a las elecciones, por honradez, en coalición con el PSOE. Lo que pretende hacer es un fraude al ciudadano. Un engaño más, común en toda la clase política, en la que se pide el voto para luego escanciar el resultado en los despachos de las cúpulas de los partidos. La urna no es soberana. Es apenas un paso, un divertimento con el que se intenta hacer creer que la decisión del pueblo es la que se lleva al Parlamento.
Si el PP no obtiene la mayoría absoluta a la desastrosa gestión en términos de paro y honradez del PSOE se unirá el sectarismo atávico, la inmisericorde tozudez de un partido que a base de fanatismo ideológico cambia la higiene por la poltrona y el futuro de un pueblo por un cargo bien remunerado.
La coalición IU-PSOE se prepara para el desembarco, con la inestimable ayuda de TVE y Canal Sur, bastión hermana mayor de Telemadrid, pero de la que ningún sindicato ni periodista con ínfulas de payaso propone salvar. Andaluces os guarde Dios, uno de los dos coaligados, ha de romperos el corazón.
Normal, pertenecen todos a la misma banda de quatreros.