Del picapleitos Esteban Gómez Rovira diré que se trata de un personajillo muy conocido en Cataluña por sus actuaciones judiciales en pro del castellano…en las máquinas expendedoras de gasolina. Como no estoy dispuesto a pasarle ni una al personajillo, me referiré a su comunicado del día 27 de octubre, cuyo estilo nos recordaba a aquellas sentencias de la España chequista.

Sin embargo su estilo trasnochado, resultó muy revelador la defensa que el leguleyo hacía del ex secretario general de Plataforma per Catalunya, el traidor Pablito Barranco. Esta circunstancia me lleva a la conclusión de que el letrado, junto con Elena Gómez y su hijo, actuaron en connivencia con el colchonero para erosionar a la Plataforma antes de las elecciones autonómicas catalanas. Es evidente que no lo consiguieron, en parte porque Alerta Digital olvidó pasadas rencillas y acudió en defensa del proyecto identitario.

El tiempo, ese juez implacable, se ha encargado de poner a cada persona en su sitio. Mientras disfrutaba del prestigio que le confería su condición de secretario general de la PxC, Barranco nos juraba y perjuraba que nunca traicionaría a Josep Anglada. Por desgracia para Pablito, muchos miembros del partido le teníamos bastante calado y eran muchos más los que literalmente no lo podían ver. No tardó el ofidio en descubrirnos su verdadero rostro al pretender romper el partido a sólo unas semanas de las elecciones. Fue una intentona golpista en toda regla; una intentona que pudo ser desmontada a tiempo gracias a la pericia política y a las dotes para el liderazgo de Josep Anglada y, por qué no decirlo, gracias también a la lealtad de la práctica totalidad de los dirigentes del partido.

La ‘Operación Barranco’ se frustró y hoy ya tenemos las claves acerca de sus motivaciones: desplazar a Josep para reemplazarle al frente del partido, para a continuación ser teledirigido desde la sede popular de Génova. Pablito Barranco no ha sido más que el ‘tonto inútil’ empleado por el sistema para desmembrar el proyecto de Plataforma y arrojado al suelo como un klinex tras su sonoro fracaso. En el fondo, su fracaso nos debería inducir a la compasión más que al odio.

Aislado, desacreditado, despreciado por todos, sin prestigio al que aferrarse, el infeliz se atrinchera ahora en un partido político virtual, junto a un siniestro y mentiroso revanchista dedicado a la innoble tarea de verter falsedades contra la noble gente de Plataforma. El fracaso que experimentaron el 29-N gracias al resultado electoral histórico logrado por la PxC no hizo sino alimentar su odio y sed de venganza. A falta de argumentos sólidos y creíbles, sus únicas armas de ‘ataque’ son la difamación y la mentira contra aquellos miemtros de la PxC a los que relacionan con el fracaso cosechado para hacerse con el partido.

Esta estrategia no es nueva en ellos. El propio Esteban Gómez no dudó en calificar de “delincuentes” a tres militantes del partido en una reunión política, mientras Pablito Barranco mostraba a los asistentes informaciones procedentes de la Policía sobre algunos miembros de la PxC (informaciones que ya eran conocidas y que databan de hace años). No hay que ser muy avezado para identificar la mano que trasladó estos ‘dossieres’ a diversos medios catalanes, en un clarísimo intento de dañar al partido e impedir que se convirtiera, como así fue, en la auténtica revelación política de los comicios catalanes, tal y como han reconocido políticos y analistas de diferente ideología.

Aún recuerdo la fingida indignación del abogado cuando el traidor Barranco filtró algunos de esos documentos al digital M-D, llegando incluso a amenazar con emprender acciones legales contra el ex secretario general de Plataforma. Todo fue una burda mentira. Gómez y Barranco fueron las dos partes de un siniestro plan contra la PxC y el proyecto identitario. Ambos actuaron en connivencia en todo momento y quisieron valerse del partido para medrar políticamente sirviendo a los intereses de la casta. Hoy son dos patéticos cadáveres políticos que se arrastran por el fango sin más apoyo que una página web de duduso estilo.

Uno y otro carecen de cualquier autoridad moral para compararse a mí. Quien redacta este escrito para Alerta Digital fue víctima de un atentado terrorista en 1979 perpetrado por quien hoy es alcalde de Canovelles por el PSC. El asesino detonó una bomba en mi domicilio. Que me salvara fue sin duda obra de Dios.

A partir de aquel atentado tuve que renunciar a mi libertad personal, fui el primer político catalán sin cargo público que anduvo con escolta y me consagré desde entonces a dos principios a los que me he mantenido siempre fiel: la españolidad de Cataluña y la lucha contra la islamización de mi país.

No me arrepiento de nada cuanto hice. Pagué y sigo pagando un elevado precio por mi compromiso con España en Cataluña. Fruto de ese compromiso, fui víctima de una trampa urdida por musulmanes infiltrados en mi entorno laboral. Los tribunales de Justicia se equivocaron, como se equivocan los médicos en muchos de sus diagnósticos, sin que les guarde rencor por ello. Creo que no es preciso explicar que la Justicia y lo justo no siempre van cogidas de la mano. ¿Cuántas personas han sido injustamente perjudicadas en los juzgados? ¿Son acaso infalibles los jueces para considerar que sus resoluciones son dogmas de fe?

En cualquier caso, soy un hombre honrado que vive conforme a un ferreo catálogo de valores y principios morales. Me siento querido y respetado por mi familia, mis vecinos de Vilanova y mis compañeros de partido, que es mucho más que lo que nunca podría decir el ‘duo Sacapuntas’.

El ‘barranco’ donde ha caido Pablito es en el de la soledad más profunda. El problema que tiene Esteban Gómez no es otro que él mismo. La suerte de Plataforma es haberlos descubierto a tiempo.

*Dirigente de la Plataforma per Catalunya (PxC) y alcaldable de Vilanova i la Geltrú.