Xavier Dilmé, diputado de Unió, ha lamentado el silencio de los “progres” con el caso del imán de Tarrasa. Dilmé, en un nuevo artículo en su blog personal, afirma que “el caso del imán de Tarrasa es un ejemplo claro del papanatismo, disfrazado de buenismo, en el que está instalada parte de nuestra sociedad”.

“Partidos y asociaciones supuestamente progres y ciertos medios de comunicación han hecho mucho trabajo en nuestro país en favor de relativizar y quitarle hierro a todo lo inmoral e incluso ilegal que provenía de los entornos islámicos. Rieron -ellos, yo no- con el comando Dixan a pesar de una condena de la Audiencia Nacional y a pesar de alguno de los acusados estar reclamado en Argelia”, explica.

“Trataron de turismo casual la visita a Tarragona del autor material del atentado a las torres gemelas, y comentaron con incredulidad el posible atentado del metro de Barcelona”, dice. “Ahora no sé qué dirán de la visita a Girona en 2007 del asesino de Toulousse, igual vino a ver el Temps de Flors”, añade.

Dilmé dice que “si los temas importantes se tratan con este rigor, no debe extrañar que en casos como una prédica de un imán se intente pasar de puntillas. Las acusaciones derivadas de la investigación de los Mossos fueron puestas en duda de inmediato por los tertulianos de guardia y los progres de turno. Las grabaciones sin embargo, han hecho cerrar muchas bocas”.

“Antes de hacer hoy este comentario, he estado revisando hemeroteca y declaraciones sobre el particular. De momento he visto mejor dicho, no he visto a ninguna entidad feminista pedir para ser acusación particular de este presunto moderado. No he encontrado tampoco ni declaraciones sobre el particular de ninguna entidad feminista, ni siquiera de algunos que se han echado a la calle en el pasado para exigir cosas a de otras religiones”, comenta.

“Tampoco algunos partidos que hacen de comentaristas de cada decisión de la conferencia episcopal católica han abierto la boca aquí. Otra cosa que tampoco he visto son las manifestaciones de rechazo por parte de asociaciones islámicas terrassenses, los miembros de las cuales o son sordos, o se quedan dormidos en los sermones o simplemente, son encubridores de la comisión de un delito, aunque presunto. Estas entidades culturales deberían ser disueltas de manera inmediata por la Generalitat si se demuestra que han intentado encubrir un delito. Ya está bien tomar el pelo a la gente “, lamenta.