La Policía de Nueva York desestima una denuncia contra el actor Charlie Sheen
La Policía de Nueva York desestimó la denuncia presentada por una actriz porno contra el actor Charlie Sheen, al que acusaba de haberla agredido durante un encuentro en un lujoso hotel de la ciudad, en el que además el conocido intérprete provocó costosos daños hace unos meses.
Las autoridades de Nueva York no proseguirán con las investigaciones relacionadas con la denuncia presentada por la mujer, llamada Capri Anderson, ya que su relato de lo acontecido en el hotel no convenció a los agentes, según recogen hoy varios medios locales, que dan por cerrado el caso.
“No hubo ningún arresto. El caso está cerrado”, aseguró a la revista “Us Magazine” un portavoz de la policía de la Gran Manzana, donde la actriz porno había sido contratada para acudir a una cena junto al famoso actor de “Two and a half men” por la que recibiría un total de 3.500 dólares.
El hijo del también actor Martin Sheen evita así enfrentarse a cargos penales relacionados con el incidente que protagonizó el pasado octubre, cuando provocó graves daños en la habitación de su lujoso hotel durante el fin de la velada que había planeado con esa actriz porno.
Capri presentó una denuncia en la que acusaba a Sheen de haberla acosado y finalmente agredido esa noche de octubre, tras la que el actor tuvo que ser ingresado en un hospital después de que la Policía lo encontrara borracho y sin ropa en la habitación del hotel en la que había provocado daños valorados en 7.000 dólares.
Además, la Policía encontró a la actriz encerrada en el baño de la habitación, pero la joven aseguró entonces a los agentes que se encontraba bien y sólo presentó la denuncia después del incidente, lo que ha hecho dudar a las autoridades de su versión.
Por su parte, Sheen demandó el mes pasado a Capri, a quien acusa de intentar extorsionarlo y a quien describe como una “oportunista hambrienta de fama”.
El pasado 2 de agosto el conocido actor fue condenado a pasar 30 días en un centro de rehabilitación y a someterse a otros 36 de terapia para controlar su temperamento por un delito de violencia de género.